La presencia de bacterias en la sangre ( bacteriemia) es una condición potencialmente mortal que puede conducir a la sepsis e incluso a la muerte.
Se ha demostrado que entre 0,5 a 12% de las infecciones del torrente sanguíneo se atribuyen a anaerobios obligados o estrictos en adultos y esta frecuencia es menor en niños.
La infrecuente recuperación de los anaerobios obligados en el contexto de la infección del torrente sanguíneo ha dado lugar a una controversia en torno al uso rutinario de frascos anaerobios. Por ello, no todas las instituciones utilizan rutinariamente frascos anaerobios, en particular las instituciones pediátricas.
Hoy te cuento sobre un trabajo (cita debajo) cuyo objetivo fue evaluar la utilidad de incluir frascos de hemocultivo anaerobios en población adulta y pediátrica, mediante la realización de una revisión retrospectiva de 1 año de las tasas de recuperación de microorganismos y los tiempos de positivización de los anaerobios obligados y facultativos
RESULTADOS
Se evaluaron un total de 158.710 frascos de hemocultivos entre noviembre de 2018 y octubre de 2019. A los pacientes, de rutina, se le extrajeron 2 muestras, cada muestra compuesta por un frasco aerobio y un frasco anaerobio.
Hubo 8.959 hemocultivos positivos, con un total de 13.592 frascos positivos. En pacientes pediátricos hubo 551 hemocultivos positivos con 823 frascos positivos.
Hubo 6.652 frascos anaerobios positivos, de los cuales 384 (5.8%) contenían 403 anaerobios obligados/estrictos. En los pacientes menores de 19 años, hubo 389 frascos anaerobios positivos, de los cuales 15 (1,8%) contenían 16 anaerobios obligados o estrictos. Si no fuera por la inclusión de los frascos anaerobios, todos los anaerobios obligados, excepto 8, habrían pasado desapercibidos.
Además, las botellas anaerobias fueron mejores para recuperar algunos anaerobios facultativos. Por ejemplo, recuperaron mejor Staphylococcus aureus (1.992 en botellas anaerobias frente a 1.901 en aeróbicas, P = 0,009) y con un tiempo medio más rápido hasta la positivización (1.138 frente a 1.174 min, P = 0,027).
Sólo 25 microorganismos tuvieron una mejor recuperación y/o un tiempo más rápido hasta la positivización en las botellas aerobias frente a las anaerobias, lo que sugiere que las botellas anaerobias ofrecen un crecimiento comparable para la mayoría de las especies.
Por último, si sólo se hubiera utilizado una botella aerobias, se habrían detectado 2.027 cultivos positivos menos y se habrían notificado 7.452 aislamientos menos, incluidos los cultivos con S. aureus (413 aislamientos, 10,6% menos), Pseudomonas aeruginosa (9 aislamientos, 3,1% menos) y Escherichia coli (193 aislamientos, 14,0% menos).
CONCLUSIONES
En conclusión, los datos de este estudio apoyan la recolección rutinaria de frascos aerobios y anaerobios a la hora de realizar hemocultivos. Esto garantiza la recuperación de los anaerobios obligados y algunos anaerobios facultativos tendrán un tiempo de positivización más rápido y una mejor recuperación.
El uso de frascos de hemocultivo pareados proporciona a los clínicos el mejor enfoque de pruebas de diagnóstico y atención al paciente y, por lo tanto, apoya otras directrices profesionales, incluidas las del Clinical Laboratory Standards Institute, la Infectious Diseases Society of America y la American Society for Microbiology.
En los lugares donde trabajo, no utilizamos frascos anaerobios de rutina pero la evidencia que muestra este trabajo junto a las recomendaciones internacionales, nos obliga a trabajar para incorporarlas a la rutina.
Si tienes alguna duda, comentario o quieres proponer algún tema a abordar, no dudes en escribirme a microclinuy@gmail.com.
Referencias
Ransom EM, Burnham CD. Routine Use of Anaerobic Blood Culture Bottles for Specimens Collected from Adults and Children Enhances Microorganism Recovery and Improves Time to Positivity. J Clin Microbiol. 2022; 60(9):e0050022. https://doi.org/10.1128/jcm.00500-22
Miller JM et al. A Guide to Utilization of the Microbiology Laboratory for Diagnosis of Infectious Diseases: 2018 Update by the Infectious Diseases Society of America and the American Society for Microbiology, Clinical Infectious Diseases 2018; 67: e1–e94, https://doi.org/10.1093/cid/ciy381
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